El agua de lluvia es una alternativa ecológica ideal para el riego de tu jardín. Pero si decides instalar un depósito, ¿por qué elegir uno con capacidad de 100 litros? Aquí te contamos las ventajas de esta opción compacta y funcional.
¿Qué es un depósito de agua de lluvia de 100 litros?
Un depósito de 100 litros es el tamaño más común y práctico para recolectar y almacenar agua de lluvia. Su capacidad es suficiente para reducir el consumo de agua potable y mantener tus plantas bien cuidadas.
Diversos tipos de depósitos de 100 litros
Existen diferentes modelos de depósitos de agua de lluvia de 100 litros. Para la mayoría de los hogares, esta capacidad resulta más que suficiente. Sin embargo, si tu jardín es grande o vives en una zona seca, quizá necesites más volumen. Entre las opciones más habituales están:
- Depósitos de plástico: ligeros, económicos y fáciles de mover, aunque menos estables.
- Depósitos de madera: aportan una estética natural y son más robustos, pero requieren mantenimiento.
- Depósitos cerámicos: muy resistentes, decorativos y con propiedades antifúngicas, aunque más costosos.
- Depósitos metálicos: fabricados en acero o aluminio, sólidos y duraderos, pero también más pesados.
Ventajas de un depósito de 100 litros
- Compacto, perfecto para jardines pequeños o terrazas.
- Fácil de instalar y trasladar.
- Alternativa asequible para aprovechar el agua de lluvia.
- Práctico para riego doméstico y pequeñas tareas de jardín.
¿Qué tipos existen en esta capacidad?
Los depósitos de 100 litros están disponibles en formato redondo, cuadrado o rectangular. La elección dependerá de tu espacio y de la estética que prefieras. También podrás escoger entre materiales como plástico, madera o metal.
¿Cómo fabricar tu propio depósito de 100 litros?
Si prefieres un enfoque DIY, es posible construir un depósito casero con lo básico:
- Un bidón o cubo de 100 litros
- Herramientas de corte y perforación
- Grifo para instalación en la base
- Sellador o silicona para evitar fugas
Solo tienes que realizar los orificios adecuados, fijar el grifo y asegurarte de que todo quede bien sellado.
Alternativas al depósito de 100 litros
Si necesitas mayor capacidad, puedes optar por depósitos de 200 o 300 litros. Los de plástico son los más accesibles, los de madera destacan por su estilo natural y los metálicos por su resistencia.
Conclusión
El depósito de 100 litros es una opción equilibrada: lo bastante grande para recolectar agua de lluvia y lo bastante compacto para espacios reducidos. Una solución sostenible y práctica que te ayuda a ahorrar agua potable y a mantener tu jardín siempre verde.